Como cualquier joven, nos gusta soñar...soñar con países soleados, con países llenos de nieve y pinos verdes, soñar con una vida mejor, que viajamos...Soñamos también con tener muchos amigos por el mundo...soñamos en compartir...

lunes, 30 de noviembre de 2009

Fiestas del otoño en España

El 31 de octubre, vispera de todos los santos, es la fecha en la que los católicos recuerdan a sus muertos. La celebración de la noche de Hallowen pertenecen a la cultura anglosajona y tiene sus orígenes en las costumbres celtas.
En España, la costumbre es ir a los cementerios el 1 de noviembre a llevar flores a los familiares muertos. También es costumbre comer castañas asadas, pastelería exquisita como los huesos de santo y los buñuelos de viento, muchos de ellos ya rellenos de dulces cremas de chocolate, nata, limón, etc…

Existe también una costumbre literaria que es la de asistir o leer el Don Juan Tenorio del escritor romántico José Zorrilla. Se trata de un drama teatral religioso fantástico publicado en 1844. En la ciudad de Sevilla, Don Juan Tenorio ha hecho una apuesta con Don Luis Mejía consistente en saber quién de los dos ha tenido más suerte obrando de las peores maneras. Tras comprobar que los dos tienen el mismo núnero de fechorías, hacen una apuesta. Don Juan tendrá que conquistar el amor de una novicia y una doncella en vísperas de matrimonio. El Don Juan Tenorio es la personificación más popular que se ha hecho de este personaje ya inmortalizado antes por Tirso de Molina, Molière o Lord Byron.. Este es el fragmento más popular y conocido. Es el momento en el que Don Juan se encuentra con Doña Inés, la novicia y le declara su amor.

Estos son los famosísimos versos:

¡Cálmate, pues, vida mía!
Reposa aquí, y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando al día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse, a no verlas,
de sí mismas al calor;
y ese encendido color
que en tu semblante no había,
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
¡Oh! Sí, bellísima Inés
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.

¡Cálmate, pues, vida mía!
Reposa aquí, y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando al día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón ya pendiente


¿Pasa lo mismo en Eslovenia o hay alguna diferencia?

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